Lee Yong Soo, víctima superviviente de la esclavitud sexual impuesta por Japón durante la Segunda Guerra Mundial, mostró el miércoles 21 su desconcierto ante el fallo emitido por un tribunal surcoreano sobre la demanda por daños y perjuicios que ella y otras víctimas o sus familiares interpusieron contra el Estado japonés. 

El tribunal desestimó la demanda aludiendo al acuerdo intergubernamental Seúl-Tokio de 2015 y la aportación de Japón en virtud de ese pacto. Recuerda que el Gobierno japonés ofreció 1.000 millones de yenes y que 99 de las 240 personas registradas como víctimas de explotación sexual recibieron ayudas financieras de esa suma, incluyendo nueve de las demandantes, incluida Lee Yong Soo. 

El dictamen explica que aunque el Gobierno no obtuvo el consentimiento de las víctimas al concertar un acuerdo con el gabinete de Tokio en 2015, no es posible afirmar que ese pacto discrepe totalmente de su voluntad, pues muchas de ellas cobraron la ayuda ofrecida con la aportación de Japón. 

La parte demandante destacó su intención de apelar, al considerar inaceptable que el tribunal considere el acuerdo intergubernamental de 2015 como un mecanismo válido para compensar la vulneración de derechos particulares.