Las autoridades sanitarias siguen intentando alentar al público a vacunarse contra COVID-19, y por ahora no han hallado una relación causal entre la vacuna y muerte posterior.
Explican que, 65 de las 67 muertes registradas en el país tras la vacunación, obedecen a enfermedades previas como septicemia, infarto de miocardio o simple envejecimiento. Los otros dos casos serán evaluados tras darse a conocer los resultados de la autopsia.
Asimismo, la proporción de reacciones adversas tras la vacuna fue inferior entre aquellos de 65 años o más.
Desde ayer comenzaron a administrar vacunas de AstraZeneca a personas de entre 70 y 74 años y a aquellos con enfermedades respiratorias crónicas.
Las autoridades estiman que si aumenta drásticamente la tasa de vacunación en la segunda mitad del año, podrá controlarse el volumen de contagios. Sin embargo, insisten en que será difícil erradicar el COVID-19 solo con las vacunas, resaltando la importancia de que mantener las pautas de prevención y la distancia social.