El Banco de Corea prevé que la crisis de suministros y el subsiguiente aumento del coste de producción podrían acelerar la inflación en el país, advirtiendo de los problemas que de nuevo obstaculizan la cadena global, como la guerra en Ucrania y el bloqueo de ciudades en China.
Particularmente inquietan al banco central las complicaciones en el suministro de repuestos y materiales para los sectores automotriz, constructor y de maquinaria, si bien evalúa que la situación en Corea del Sur es mejor que la de otros países gracias al estable control de la pandemia, como a los esfuerzos realizados hasta ahora por nacionalizar la producción de repuestos clave y por una gestión de existencias más efectiva.
Sin embargo, los analistas explican que es inevitable el aumento de los costes de producción derivado de la crisis de suministros que persiste a nivel mundial. Agregan que el pronóstico más pesimista augura que dicha crisis no se solucionará fácilmente, al menos no a corto plazo, dada la prolongada guerra ruso-ucraniana y las fuertes medidas de confinamiento en las que China insiste para reducir a cero los contagios de COVID-19 dentro de su territorio.
Vaticinan a partir de tal previsión, que en Corea del Sur, cuya economía depende en gran medida del exterior, los precios seguirán subiendo.