Ejecutivo y oficialismo reforzarán la persecución del acoso, para que no vuelvan a darse casos similares al reciente asesinato de una joven a manos de un hombre que la acosaba durante dos años, pero no fue detenido ni amonestado por las autoridades pese a que la víctima interpuso varias denuncias.
Básicamente, suprimirán la cláusula de "no sanción en contra de la voluntad del agredido" referente al acoso, que impide que este tipo de delito pueda ser perseguido o sancionado sin asentir la víctima.
Al existir, tanto entre la clase política como a nivel social, un consenso generalizado a favor de endurecer las leyes contra el acoso, se estima que la reforma obtendrá sin mucha dificultad la aprobación parlamentaria.
Además, incluirán el acoso cibernético (stalking) como conducta punible en las leyes, y los acosadores figurarán en la lista de delicuentes objeto de vigilancia con dispositivos electrónicos.