El primer ministro Han Duck Soo se encontró el martes 27 en Tokio con la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, y aprovechó para comentarle cómo la Ley de Reducción de la Inflación de Washington inquieta a las empresas surcoreanas.
El premier explicó la postura del Gobierno surcoreano y del sector automotriz, incidiendo en que dicha ley podría suponer un trato discriminatorio a los vehículos eléctricos fabricados en Corea del Sur, pues solo otorga incentivos a los coches fabricados en Estados Unidos, o con materiales o minerales producidos en ese país.
Harris dijo conocer dichos inconvenientes, y enfatizó que Washington seguirá dialogando con Seúl para hallar una solución adecuada. Además, y en términos genéricos, enfatizó que la cooperación económica cobra cada vez más importancia en las relaciones entre Corea del Sur y Estados, y propuso ampliarlas en materia de seguridad económica y de alianza tecnológica.
En cuanto a Corea del Norte, ambos coincidieron en que la ambición nuclear del régimen de Kim Jong Un constituye una seria amenaza a nivel regional y mundial, que requiere un sistema de defensa combinada fuerte que permita contrarrestar cualquier provocación de Pyongyang.