Una delegación mixta con representantes del Ejecutivo y del Parlamento viajó a Washington D.C. para continuar con las negociaciones sobre la ley antiinflación de la administración de Biden, que otorga incentivos solo a coches eléctricos fabricados en territorio estadounidense.

Al frente de la delegación está Ahn Duk Geun, director de negociaciones comerciales del Ministerio de Industria, Comercio y Energía, quien ya viajó a Estados Unidos hace tres meses con el mismo propósito. 

Anticipándose a las medidas pormenorizadas que el Departamento del Tesoro estadounidense anunciará hasta finales de año sobre la implementación de la llamada Ley de Reducción de la Inflación, los delegados surcoreanos intentarán negociar para mejorar o lograr las mejores condiciones posibles para el sector automotriz surcoreano.

En este sentido, consideran como favorable un reciente comentario del presidente estadounidense Joe Biden, cuando dijo estar al tanto de la preocupación de Corea del Sur por dicha ley, y al reconocer que quedaban detalles por pulir.

Así, en estos momentos se baraja la posibilidad de que las autoridades de Washington tenga cierta flexibilidad para ajustar esos detalles, o que lleguen a alguna fórmula de consenso que derive en una aplicación más favorable para Corea de la ley antiinflación, aunque por el momento no pueden avanzar detalles al respecto.

Al respecto, el líder de la delegación de Seúl, Ahn Duk Geun, declaró que sin anticiparse al resultado de las negociaciones, intentarán reflejar en la medida de lo posible los intereses de Corea en las medidas de implementación práctica del Departamento del Tesoro, al tiempo de minimizar las desventajas que pudiera conllevar dicha norma para automotrices surcoreanas como Hyundai Motor, con gran presencia en el mercado estadounidense. 

Por su parte, los legisladores integrantes de la delegación se reunirán con congresistas y senadores de Estados Unidos, a fin de exponer esas desventajas y solicitar su cooperación para hallar fórmulas para paliar las condiciones desfavorables que plantea la ley antiinflación a las empresas de coches eléctricos de Corea del Sur. 

En tanto la Unión Europea, frontalmente en contra del programa de incentivos que promueve Washington, valora reformar su sistema de ayudas al sector para impedir que las automotrices redirijan sus inversiones a Estados Unidos y trasladen allí sus bases de producción.