Los familiares de tres víctimas de movilización forzosa y explotación laboral impuesta por firmas niponas durante el colonialismo se personaron el lunes 25 en la sede de Nippon Steel, empresa que en su día contrató a esas víctimas, pero nadie les recibió. 

Tras dirigirse a las oficinas centrales de Nippon Steel en Tokio, junto con su abogado y un activista civil, para urgir a dicha empresa a cumplir el dictamen del Tribunal Supremo de Corea del Sur e indemnizar a las víctimas, apenas permanecieron diez minutos en el interior del edificio, pues nadie se mostró dispuesto a atenderlos ni a hablar con ellos.

Lim Jae Sung, su representante legal, explicó que pese a haber concertado una cita, Nippon Steel les negó el acceso con la excusa de un compromiso de última hora.

Los familiares de las víctimas, que ganaron la demanda contra Nippon Steel en 2018, viajaron hasta Tokio para hacer valer el dictamen del Tribunal Supremo y cobrar la indemnización que según la Justicia surcoreana les corresponde. Por su parte, la firma nipona alega que el acuerdo firmado entre Corea y Japón en 1965 sobre compensaciones por hechos ocurridos durante la guerra no contemplaba ulteriores reclamaciones. 

Los surcoreanos que viajaron a Tokio a dicho fin son familiares de tres de las cuatro víctimas de explotación laboral que rechazaron el plan establecido por el Gobierno surcoreano para compensar a esas víctimas con dinero de terceros, y exigen la venta forzosa de los activos de las firmas demandadas en Corea para hacer valer sus derechos.