Se ha dado a conocer que las entidades financieras nacionales, tales como bancos y empresas de tarjetas de crédito, aculuman 17 billones de wones de deuda con Japón, en préstamos solicitados para impulsar sus negocios aprovechando el bajo tipo de interés del país vecino.
Al respecto, y a medida que se agrava la fricción comercial entre Seúl y Tokio, varios expertos estiman que esos fondos podrían ser el talón de aquiles de Corea del Sur si Japón amplia las represalias comerciales al sector financiero, pues podrían usar la deuda de los bancos surcoreanos como medio de presión.
En este contexto, las autoridades surcoreanas centran la atención en establecer medidas de respuesta a posibles ataques financieros de Japón, para reducir al mínimo los posibles perjuicios de las entidades nacionales. En concreto, revisarán los plazos de vencimiento de bonos y préstamos japoneses, para ofrecer subsidios financieros en caso de ser necesario.