Corea del Sur confirmó el miércoles 24 un primer caso sospechoso de muerte fetal por COVID-19. Se trata de una criatura que nació sin vida en un parto prematuro de una mujer contagiada, a la que sometieron al test de coronavirus, obteniendo resultados positivos.
La madre, en sus treinta, fue diagnosticada con COVID-19 el 18 de noviembre, y el bebé nació sin vida el día 22 tras 26 semanas de embarazo. La mujer no estaba vacunada.
Sobre la ruta de contagio, los médicos dijeron ignorar si fue por transmisión de los fluidos corporales de la madre o por transmisión vertical.
En todo caso, las autoridades sanitarias aclararon que el virus fue detectado en el feto después de nacer sin vida, y es difícil afirmar exactamente hasta qué punto el coronavirus influyó en la muerte intrauterina.