Han aparecido varias pruebas que demuestran que el Ejército japonés intervino de modo sistemático en el reclutamiento y la administración de las esclavas sexuales, mientras Corea estaba bajo su dominio colonial.
Una de estas evidencias, es el diario de un hombre coreano que en julio de 1942 fue a Myanmar acompañando a un grupo de esclavas sexuales, y que hasta diciembre de 1944 trabajó en las llamadas ¨estaciones de confort¨ para soldados japoneses en dicho país, y también en Singapur.
Al respecto, el informativo de KBS del miércoles 7, dio a conocer que ese diario deja constancia de una reunión de administradores de estaciones de confort en la Comandancia del Ejército de Japón. Además, estas memorias revelan que las estaciones de confort estaban subordinadas a cada división militar y que, según las necesidades, podían ser transferidas a otras unidades.
Otra prueba es el testimonio de Masayoshi Matsumoto, quien participó como soldado médico en la guerra sino-japonesa, desarrollada entre 1937 y 1945. Este ex integrante del Ejército nipón recuerda que en esa época, en su división había entre 40 y 50 esclavas sexuales.