Samsung Electrónica anunció el lunes 23 los resultados de la investigación interna realizada sobre los teléfonos Galaxy Note 7, fuera del mercado desde octubre de 2016.
La empresa explicó que, tras realizar pruebas de recalentamiento e ignición con 200.000 teléfonos y 30.000 baterías, observaron que los dos tipos de batería usados en el modelo Galaxy Note 7, fabricadas respectivamente por Samsung SDI y la empresa ATL de China, ardían por diferentes motivos.
Las conclusiones reafirman el dictamen de las agencias de certificación de seguridad extranjeras, que achacaban las explosiones a fallos en la batería, pero no a defectos del resto del teléfono. Así, queda descartada la hipótesis sobre posibles defectos en el diseño del teléfono o errores de software.