El número de jóvenes que no trabaja pese a poder hacerlo, ha registrado la mayor cota de los últimos cuatro años.
Según la Oficina de Estadística, el número de jóvenes entre 15 y 29 años que ha decidido "tomarse un descanso" llegó a 362.000 personas en febrero, 11.600 personas más que el año anterior. Se trata de aquellos que no trabajan por voluntad propia, por tanto, no se incluyen entre los desempleados.
Dicha cifra no solo aumenta entre la población de 20 a 29 años, sino también entre aquellos en sus treinta y sus sesenta, llegando a un total de 1.899.000 personas que voluntariamente no trabajan en febrero.
La entidad afirma que es complicado explicar por qué la población joven decide no trabajar, si bien preocupa que la difícil situación del mercado laboral, pueda desalentar aún más a los jóvenes en cuanto a buscar empleo.