Kim Jong Un asistió el domingo 30 a la ceremonia organizada en Pyongyang para celebrar el éxito del segundo lanzamiento de un misil Hwasong-14.
El acto tuvo gran envergadura y se celebró en presencia de todos los científicos y funcionarios que participan en el programa de desarrollo balístico de Corea del Norte. Así, fue visto como expresión del régimen norcoreano de la poca importancia que otorga a las advertencias de Estados Unidos, que el mismo día de la ceremonia desplegó dos bombarderos B-1B hacia la península coreana.
La prensa norcoreana divulgó al respecto que todos los asistentes al acto abogaron por reforzar el desarrollo de armas y medios de ataque más potentes, en concreto de misiles balísticos.