El secretario de Defensa de Estados Unidos James Mattis declaró el miércoles 30, que las políticas de Washington hacia Corea del Norte no se desviarán del camino diplomático, aunque ese país insiste en amenazar con sus misiles balísticos.
Así respondió el jefe del Pentágono antes de celebrar una reunión con el ministro de Defensa surcoreano Song Young Moo en Washington D.C., a la pregunta de los medios sobre si la alocución del presidente Donald Trump de que "el diálogo no es la solución" implica que se acabaron las fórmulas diplomáticas ante el problema norcoreano.
Mattis calmó de este modo las exaltadas especulaciones existentes a nivel internacional tras dicha intervención de Trump, sobre el posible vuelco de las políticas del Gobierno estadounidense para Corea del Norte en medidas de extrema dureza.
En este ambiente, los ministros de Defensa de Corea del Sur y Estados Unidos expresaron su apoyo a los esfuerzos diplomáticos en marcha para la desnuclearizar la península coreana, a la vez que enfatizaron que un plan de respuesta militar fuerte y eficaz podría elevar la confianza en tales esfuerzos.
Ambos coincidieron también en trabajar conjuntamente por satisfacer los requisitos necesarios para la transferencia del mando militar en tiempos de guerra del ejército estadounidense a las fuerzas surcoreanas.