El presidente Moon Jae In anunció el lunes 15 que Corea adoptará un nuevo sistema de distancia social a partir de marzo, ante la necesidad de definir pautas de seguridad sostenibles contra una batalla a largo plazo.
Las nuevas pautas de distancia social permitirán mayor independencia a las actividades económicas, aunque su incumplimiento será castigado con mayor severidad.
Afirmó que de ahora en adelante el Gobierno apelará a la autodisciplina y a la responsabilidad ciudadana, en vez de esforzarse en que la gente cumpla las normas unilateralmente impuestas por el Gobierno.
El cambio refleja la preocupación del Ejecutivo por la economía nacional y por la situación laboral, que afronta la peor coyuntura desde la crisis asiática de 1997-1998.
Finalmente, Moon se comprometió a impulsar al máximo la creación de empleo, mediante audaces medidas y asignación de presupuesto para mejorar la situación laboral del país.