Japón empezará a descargar al mar las aguas residuales de la Central Nuclear de Fukushima a partir del 24 de agosto, de darse las condiciones climáticas adecuadas.

La fecha fue fijada el martes 22 durante una reunión de gabinete encabezado por el primer ministro Fumio Kishida, aproximadamente dos años y cuatro meses después de establecerse el plan de vertido durante el Gobierno anterior de Yoshihide Suga.

Al respecto, Kishida afirmó que el plan trazado por Tokio satisface las exigencias científicas del Organismo Internacional de Energía Atómica y cuenta con el entendimiento y apoyo de muchas naciones.

De la descarga se encargará Tepco -la Compañía Eléctrica de Tokio, operadora de la Central Nuclear de Fukushima- siguiendo el plan de vertido. Concretamente, las aguas residuales pasarán primero por el sistema de filtración ALPS para reducir la radiactividad. Luego serán almacenadas en un tanque gigante y diluidas con agua de mar, para finalmente ser expulsadas al océano mediante un túnel submarino.

Se estima en aproximadamente 1.340.000 toneladas la cantidad de agua residual que permanece dentro de la central nuclear y el vertido continuará durante treinta años.

El Gobierno japonés declaró que se esforzará por que el vertido se efectúe de la manera más segura posible, así como por evitar confusiones entre la población, sobre todo entre los pescadores locales, por noticias falsas o datos poco certeros sobre la descarga de aguas de Fukushima.

El vertido comenzará, de este modo, pasados casi doce años desde el accidente de la Central Nuclear de Fukushima en 2011, y dos años y cuatro meses después de que en abril de 2021 el entonces gabinete de Yoshihide Suga decidiera deshacerse de las aguas residuales mediante la descarga al mar. Sin embargo, existen especulaciones escépticas sobre si tal proceso podrá llevarse a cabo tal y como planea Tokio, ante el feroz rechazo tanto de pescadores locales como de países vecinos y la falta de medidas fundamentales para impedir la generación de aguas residuales.