Corea del Sur planea lanzar a finales de noviembre desde Estados Unidos su primer satélite de reconocimiento militar con tecnología propietaria, usando el cohete Falcon 9 de Space X como vehículo de lanzamiento.

Por otra parte, a finales de mes probará desde la isla de Jeju un cohete espacial de combustible sólido. 

El ensayo sucede al que tuvo lugar a finales de 2022 como parte del plan establecido por las Fuerzas Armadas para ubicar un micro satélite espía en la órbita baja de la Tierra, a unos 500 kilómetros de altura, hasta el año 2025. En la anterior prueba de diciembre de 2022, el cohete logró separar con éxito las etapas y logró alcanzar una altura aproximada de 450 kilómetros. 

Según datos obtenidos por KBS, a finales de noviembre volverán a probar el mismo modelo de cohete con motor de combustible sólido desde la isla de Jeju, concretamente desde una barcaza instalada en el mar desde la que llevarán a cabo el lanzamiento.

El cohete portará una réplica del satélite espía de diseño simple para un intercambio básico de datos, y el ensayo servirá para comprobar la potencia de propulsión y los sistemas de control del vehículo espacial, y por tanto solo ensamblarán la primera etapa, pues la prueba no precisa alcanzar una altitud muy elevada. 

Aunque la fecha de lanzamiento podría variar en base a las condiciones climáticas, sería cuestión de varios días. 

Se prevé que los planes que promueve Corea del Sur de lanzar un cohete espacial de combustible sólido y de poner en órbita un satélite espía militar propio, desde la Base Vandenberg de la Fuerza Espacial estadounidense en California, acelerarán el proyecto de las Fuerzas Armadas para sofisticar su capacidad de reconocimiento y vigilancia.