Mientras el Gobierno alivió las estrictas medidas de distanciamiento social desde el 20 de abril, numerosas iglesias católicas y protestantes, así como otros templos en todo el país reanudaron el fin de semana sus actos religiosos.
El Templo Jogyesa en Seúl, el templo principal de la orden budista, Jogye, celebró el domingo 26 su servicio religioso por primera vez en dos meses. Antes de entrar en el recinto del templo, los fieles fueron sometidos a una serie preventivas, como control de temperatura o desinfección de manos con gel hidroalcohólico, además de dejar sus datos de contacto. También limitaron el número de participantes por servicio a un tercio de lo habitual, mientras que los fieles debían guardar al menos un metro de distancia entre sí.
Por su parte, las grandes iglesias protestantes de Corea también reanudaron sus servicios. Pidieron a los fieles a usar mascarillas y respetar una cierta distancia intermedia para prevenir contagios.
En tanto, la Iglesia Católica de Myeongdong, en Seúl, que desde el 23 de abril volvió a ofrecer misas, comprueba la temperatura de los fieles antes de entrar en el templo y solo permite un número limitado de personas, además de omitir el canto durante las misas, en base a las directrices gubernamentales.