Ya han comenzado a interrogar a los militares implicados en el caso de una sargento de la Fuerza Aérea - de apellido Lee- que se suicidó tras sufrir abusos sexuales por un superior y ser ignoradas sus denuncias.
El equipo de fiscales del Ministerio de Defensa ha llamado a interrogatorio a tres efectivos: un oficial técnico y un sargento mayor, que intentaron persuadir a Lee para que desistiera de denunciar el caso, y otro suboficial que conducía el coche donde la víctima fue acosada sexualmente.
También confiscaron sus teléfonos móviles para analizar su historial de llamadas y el envío y recepción de mensajes, a fin de averiguar si intentaron encubrir o minimizar los hechos.
Además, el lunes 7 procedieron a registrar sus oficinas y otros espacios vinculados, aunque al margen del registro quedaron las sedes de la Policía Militar y de la Fiscalía Militar de la Unidad Aérea 20, sospechosas de actuar con negligencia ante las denuncias de la víctima.
Según declaraciones del marido de la víctima obtenidas por KBS, el Cuartel General de la Fuerza Aérea se llevó no solo el móvil y el ordenador de la sargento Lee jutos después de su muerte, sino también la computadora del marido, así como la caja negra y el sistema de navegación GPS instalados en su coche. No obstante, el teléfono móvil del militar que cometió abuso sexual lo confiscaron nueve días después de suicidarse la víctima, y además transcurrieron 55 días desde la transferencia del caso sin investigar al agresor.
Por otra parte, los padres de Lee demandaron por negligencia al abogado público que defendía a su hija, un letrado militar, por ni siquiera entrevistarse con la víctima, además de divulgar información sobre el caso.