El Banco de Corea revisó el jueves 27 a la baja la previsión de crecimiento para 2020, pasando del -0,2%, estimado en mayo, al -1,3%. El recorte se atribuye a la desaceleración económica, que se refleja en la insuficiente mejora tanto de las exportaciones como del consumo privado, así como a la débil recuperación de la inversión en construcciones y en equipos y maquinaria.
Adicionalmente, el banco central explicó que la reactivación económica tardará más de lo previsto ante el fuerte repunte del COVID-19 en el país, y ante la incertidumbre de ignorar hasta cuándo o hasta qué punto se agravará la actual crisis sanitaria.
En esa misma línea, anunció que mantendrá el tipo de referencia en el 0,5% actual, nivel en el que está tras dos recortes posteriores al brote de coronavirus.
La decisión de no variar las tasas de interés considera el impacto del COVID-19 en la economía, la baja presión inflacionaria y la necesidad de mantener políticas monetarias expansivas para respaldar la recuperación económica.