Ante los rápidos avances tecnológicos y la feroz competencia en el sector de chips una ley táctica indica que, al quedar rezagadas, a las empresas les resulta prácticamente imposible recuperar el liderazgo. Considerando el estancamiento del mercado del año anterior, prevén que 2024 será un año decisivo para los fabricantes de semiconductores surcoreanos, y para adoptar estrategias para intentar mantener el liderazgo mundial.  

Entre enero y marzo de 2023, Samsung Electrónica - uno de los dos mayores productores de chips de Corea del Sur y uno de los líderes de la industria global de chips- registró por primera vez en 14 años resultados trimestrales negativos, y hasta septiembre acumuló más de doce billones de wones de déficit. El retroceso se atribuyó a la desaceleración económica y a la contracción del consumo de teléfonos inteligentes y productos tecnológicos, que desembocaron en un significativo descenso de la demanda de memorias.

En ese contexto, por primera vez en 25 años Samsung redujo la producción para evitar pérdidas, al igual que SK Hynix, el otro líder del sector de chips de Corea del Sur. 

Como dato alentador, desde el último trimestre de 2023 el mercado mundial de semiconductores empezó a remontar por el aumento de la demanda de HBM, o memorias de alto ancho de banda, cuyos mayores productores y exportadores son precisamente las tecnológicas surcoreanas Samsung y SK Hynix. HBM es una interfaz RAM de alto rendimiento para memorias DRAM apiladas en tres dimensiones. La demanda de este tipo de memorias registra un rápido incremento a medida que se generalizan los sistemas de inteligencia artificial. 

Pero para poder seguir al frente del sector, los fabricantes de Corea del Sur deben ampliar su cuota en el mercado global de chips lógicos o chips de procesador, un subsector donde las empresas surcoreanas - pese a haber realizado inversiones multimillonarias- van por detrás de la taiwanesa TSMC, número uno en producción de ese tipo de semiconductores, con apenas una cuota de mercado del 3%.

Los expertos aseguran que, si no desean quedar rezagados, los fabricantes surcoreanos de chips deben aumentar la apuesta y mostrar más entusiasmo en innovación tecnológica para mantener su liderazgo, además de afirmar que a la hora de gestionar la incertidumbre geopolítica será indispensable la ayuda del Estado.