Pyongyang ha expresado abiertamente un fuerte descontento hacia Estados Unidos, que finalmente presentó la orientación de sus políticas hacia Corea del Norte. 

Así, el día 2 describió como "desfasada y hostil" la postura del presidente estadounidense Joe Biden, que clasificó a Corea del Norte como una "grave amenaza" y subrayó que para tratar con ese país recurrirá tanto a métodos diplomáticos como a medidas disuasorias. Asimismo, sostuvo que la reiterada alusión a problemas de los derechos humanos por parte de Washington, es un insulto indirecto al líder supremo norcoreano.  

Aunque insinuó que podría tomar acciones concretas contra esa estrategia de la administración de Biden, el régimen norcoreano moderó la intensidad de sus declaraciones al realizarlas en nombre del director para Estados Unidos y del portavoz del Ministerio de Exteriores, en lugar de publicar un comunicado firmado por el canciller. 

En cambio, lanzó críticas más duras contra Corea del Sur mediante una declaración de Kim Yo Jong, subdirectora del Departamento del Frente Unido del Partido de los Trabajadores y hermana del líder. Kim recriminó al Gobierno surcoreano por seguir mostrando negligencia sobre el envío de folletos anti-Pyongyang, advirtiendo que valora contramedidas ante tan "seria provocación".