Un grupo internacional de investigación formado por juristas y expertos en derecho ha definido como "secuestro y violación de derechos humanos" la deserción en bloque de varios empleados de un restaurante norcoreano en China, producida en 2016.
Previamente, dicho grupo visitó Pyongyang el 31 de agosto y entrevistó a las siete empleadas que abandonaron dicho restaurante para regresar a Corea del Norte, y en base a sus testimonios concluyó que lo ocurrido en 2016 no fue una deserción voluntaria, sino un secuestro, y por ende un delito penal.
Las siete mujeres declararon que los supuestos desertores no sabían entonces que se dirigirían a Corea del Sur, pues siguieron al gerente del restaurante, quien les dijo que debían incorporarse como personal de un nuevo local a inaugurarse en Malasia. Agregaron que huyeron tras escuchar a escondidas una llamada entre el gerente y otra persona, presuntamente un agente de inteligencia surcoreano.
El equipo de investigación puntualiza que si realmente esos empleados fueron llevados en contra su voluntad, estaríamos ante un delito y una grave violación de los derechos humanos. También afirmaron que habían intentado entrevistar a los desertores en Corea del Sur, sin embargo las autoridades les impidieron hacerlo.
Dicho grupo está constituido por integrantes de la Asociación Internacional de Abogados para la Democracia y Law Asia -una confederación regional de abogados, jueces, juristas y asociaciones legales.
Siete mujeres que trabajaban en un restaurante norcoreano en China, establecimiento del que 13 empleados desertaron en bloque y llegaron a Corea del Sur el pasado 7 de abril, mantuvieron una entrevista exclusiva con la cadena de noticias CNN.