El 31 de marzo un empleado de la sucursal en Rangún del banco surcoreano Shinhan Bank sufrió un ataque armado y está hospitalizado. En el momento del atraco, el sujeto se dirigía a su domicilio en el coche de la empresa, sobre las 5:00 de la tarde. 

Tras conocer los hechos, el banco cerró temporalmente la sucursal y ordenó al personal trabajar desde casa. 

La Embajada de Corea del Sur en Myanmar recomendó a los coreanos residentes en dicho país extremar las precauciones, aconsejando sobre todo no abrir las ventanas, no salir a la terraza y borrar todo vídeo almacenado en sus móviles sobre protestas o militares reprimiendo a los civiles. 

El Gobierno estadounidense, por su parte, ordenó a sus funcionarios en Myanmar que abandonen el territorio birmano con sus familiares, dejando un mínimo retén diplomático. 

En un ambiente de extrema inseguridad, el 1 de abril el bando democrático y los líderes civiles de Myanmar declararon el establecimiento de un gobierno nacional unido con organizaciones armadas de minorías étnicas, además de una Constitución transitoria que anula la promulgada durante el Gobierno militar y refleja el compromiso de garantizar los derechos y los intereses de las minorías étnicas.