En marzo de 1937 el Tribunal Supremo de Japón declaró culpables a diez civiles por engañar a quince mujeres y forzarlas a prostituirse en un "centro de confort" de la entonces Fuerza Naval japonesa, ubicado en Shanghái, China.

Este fallo es una prueba más que respalda el llamado Discurso de Kono, emitido en agosto de 1993 por el ministro portavoz japonés de esa época, Yohei Kono, reconociendo el reclutamiento forzoso de mujeres en sus colonias como "mujeres de solaz" para sus soldados. Sin embargo, se informa que el gabinete de Tokio ya tenía conocimiento de este fallo. 

Al respecto, el primer ministro de Japón, Yoshihide Suga, declaró el día 25 en una respuesta escrita al Parlamento, que recibió tal dictamen del Ministerio de Justicia el 31 de marzo, tras un estudio minucioso y reconocerlo como documento relacionado con las mujeres de confort. El organismo receptor fue una oficina gubernamental del Gobiero japonés, equivalente a la Secretaría Presidencial en Corea del Sur, que desde 1991 se encarga de reunir y recopilar documentos públicos sobre aquellas mujeres.

También pudo comprobarse que el mismo día en que las autoridades de Tokio obtuvieron el dictamen, el 31 de marzo, el ministro portavoz de Japón negó nuevamente el carácter forzoso del reclutamiento de mujeres de solaz por parte del Ejército o del Gobierno nipón, alegando no haber hallado documentos relacionados. Un mes después, el gabinete nipón decidió no usar más el término "mujeres de confort del Ejército", en un intento de borrar toda expresión o término que pudiera ser asociado a reclutamiento forzoso o coercitivo. 

Aún así, el actual Gobierno de Japón insiste en que es heredero del Discurso de Kono, con la pretensión de negar el carácter forzoso del reclutamiento de mujeres para explotarlas sexualmente, al tiempo de alegar que ya se disculpó por lo ocurrido en el pasado.