Varias empresas coreanas han logrado cobrar la factura atrasada por tres años de las exportaciones de bienes que realizaron a Irán, por valor de 70 millones de dólares. El pago fue posible gracias a que, en 2018, Estados Unidos relajó parcialmente las sanciones contra dicho país de Oriente Medio, considerando las pérdidas sufridas por firmas las surcoreanas ante tales restricciones. 

En virtud de las flexibilizadas sanciones, el Departamento de Estado estadounidense envió una notificación de exención de sanciones al Congreso de su país, afirmando que permitiría el cobro de facturas atrasadas por bienes y servicios exportados por empresas de Corea del Sur hacia Irán. 

El pago se hizo a través de giros a las cuentas de treinta firmas surcoreanas, desde la cuenta donde figuran como retenidos 7.000 millones de dólares que Corea no pudo transferir a Irán a cambio de importaciones de crudo, igualmente por las sanciones de Washington contra Teherán. 

Dicho monto es el que Washington congeló durante la administración del presidente Donald Trump como parte del programa de sanciones que reactivó contra Irán, al anular este país el acuerdo nuclear con Estados Unidos. Por ese dinero retenido, en febrero de 2021 las autoridades iraníes detuvieron un barco surcoreano por supuesta contaminación marítima, si bien en el fondo se estima pretendía usar el buque como rehén para negociar el pago de los 7.000 millones de dólares que Corea del Sur no llegó a transferirle por importaciones petroleras.