El 19 de julio, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó por unanimidad una nueva ley que insta a Washington a cooperar con Seúl, para permitir a los coreanos residentes en territorio estadounidense reencontrarse con sus familiares en Corea del Norte. 

La ley fue impulsada por la legisladora Young Kim, quien en una reciente entrevista con KBS declaró que el Congreso estadounidense se muestra a favor del intercambio humanitario con Corea del Norte, detallando que más de dos millones de coreanos viven en Estados Unidos y unos 100.000 tienen parientes en ese país. 

La administración de Biden, que siempre ha enfatizado los derechos humanos, previamente consideró "penosa" la situación de las familias separadas, y dijo que hará todo lo posible para que puedan reunirse. El secretario de Estado, Tony Blinken, anticipó en esa línea que Washington seguirá esforzándose para que más gente pueda reencontrarse con sus seres queridos en Corea del Norte, incluyendo la cooperación del Gobierno surcoreano. 

No obstante, se desconoce si esa ley podrá pasar el trámite del Senado, pues previamente un proyecto similar fue rechazado en la cámara alta de Estados Unidos, tras su aprobación en la Cámara de Representantes durante tres administraciones consecutivas: la de George W. Bush, la de Barack Obama y la de Donald Trump. 

Asimismo, puede ser controvertido nombrar al enviado sobre derechos humanos norcoreanos que la ley estipula, aunque su ratificación en la cámara baja estadounidense llega en un momento oportuno, pues entre las autoridades diplomáticas de Seúl y Washington ya hay un debate en marcha sobre posibles ayudas humanitarias a Corea del Norte.