Estados Unidos ha descrito la cumbre entre Kim Jong Un y Vladimir Putin, líderes norcoreano y ruso, como "fase final" de las negociaciones entre ambos países sobre comercio masivo de armas. 

La representante especial adjunta para Corea del Norte del Departamento de Estado estadounidense, Jung Park, explicó en un seminario del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) que Rusia pretende obtener municiones para la guerra de Ucrania de Corea del Norte, y que la inminente cumbre Kim-Putin solo puede ser vista como el último paso en las tratativas mantenidas hasta la fecha entre ambos países sobre transferencia de armas. 

Al respecto el portavoz de la cartera de Washington, Matthew Miller, advirtió de que cualquier envío de armas de Corea del Norte hacia Rusia incumple las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, y por ende será objeto de sanción. El portavoz incluso aludió a la conducta mostrada por el presidente ruso al solicitar ayuda para seguir con su guerra a Kim Jong Un, líder de un estado totalmente al margen de la sociedad internacional, como la actitud de "un mendigo".

Por su parte, las autoridades de seguridad de Estados Unidos y la Casa Blanca hicieron un llamado al régimen norcoreano a cumplir la promesa que estableció Pyongyang de no ofrecer armas a Rusia, mientras siguen atentamente los intercambios ruso-norcoreanos. 

Ante las claras señales que corroboran la existencia de comercio de armas entre Corea del Norte y Rusia, dentro y fuera de Estados Unidos aumenta la inquietud por que esos movimientos repercutan no solo en la situación en Ucrania, sino también en el Nordeste Asiático.