El presidente Moon Jae In ha expresado que durante el Movimiento Democrático 18 de Mayo de Gwangju, ocurrido en 1980, la plaza fue la asamblea de los ciudadanos, así como el cuartel general de los líderes de las protestas, y sirvió para insuflar valor a los habitantes. 

Así lo declaró el mandatario durante el acto conmemorativo de esa fecha, que tuvo lugar en la plaza de la antigua sede del Gobierno Provincial de Jeolla del Sur en la ciudad de Gwangju, enfatizando el espíritu del 18 de Mayo. 

Afirmó que en aquel entonces, gente ordinaria con sueños ordinarios respondió solidariamente al dolor ajeno, y que ese espíritu sigue vivo entre la población surcoreana. Dijo que aún perdura entre los habitantes de Gwangju, que fueron los primeros en ofrecer camas cuando brotaron los contagios masivos de COVID-19 en Daegu, así como entre las madres de los jóvenes que murieron en aquél movimiento democrático hace cuatro décadas, cuando ante la pandemia enviaban paquetes de comida a los profesionales sanitarios en dicha ciudad. 

En esta línea, Moon se comprometió a aclarar todas las dudas e incógnitas que persisten sobre el 18 de Mayo, incluyendo la violencia ejercida por el Estado y los disparos realizados desde un helicóptero militar contra las protestas, o la masacre de civiles que hubo en Gwangju en 1980.