El pasado 1 de octubre la Guardia Costera surcoreana detectó un yate en el mar a unos trece kilómetros de la localidad de Goseong, en la costa noreste del país, con cinco hombres rusos a bordo de entre 25 y 47 años. 

El yate tenía desactivado el Sistema de Identificación Automática, que permite conocer la posición del barco y otros datos relevantes sobre la ruta y la velocidad de navegación. 

En interrogatorios posteriores se supo que esos rusos partieron desde Vladivostok hacia Corea del Sur el 27 de septiembre, y el día 30 intentaron amarrar en el puerto de Sokcho, pero les denegaron la entrada.

La Guardia Costera les proporcionó alimentos para tres días, cien litros de agua y combustible para el viaje de vuelta. 

Además de este, otros tres yates han sido detectados en la costa este de Corea del Sur. Los barcos fueron trasladados a Pohang, una ciudad portuaria más al sur, tras rechazar las autoridades surcoreanas su ingreso al país.  

Desde finales de septiembre, un total de veinte rusos han intentado acceder a territorio surcoreano por el Mar del Este, aunque las autoridades denegaron su entrada en todos los casos. Excepto por una persona, el resto eran hombres de entre veinte y cuarenta años, lo que hace sospechar que intentaban evadir la reciente orden de movilización a filas emitida por Putin. 

Al respecto, una fuente de la Oficina de Migración del Ministerio de Justicia surcoreano comentó que a estas alturas no es posible saber con certeza los motivos que llevaron a esos hombres a intentar entrar en Corea, y ante el inestable panorama internacional, las autoridades fronterizas solo pueden autorizar la entrada a aquellas personas que solicitan acceder al país con un objetivo claro. 

El pasado 21 de septiembre el presidente de Rusia, Vladimir Putin, anunció la movilización de 300.000 reservistas del ejército para apoyar las operaciones militares que mantiene en Ucrania.