Este año en Corea del Sur se registraron históricas lluvias y fueron enormes los subsiguientes daños, con desbordamientos masivos que dejaron sumergidos pueblos enteros, sobre todo a orillas del río Seomjin, al sur del país.

Al respecto, el análisis generalizado es que los desastres provocados por tan largo periodo monzónico durante el verano de 2020 son consecuencias del cambio climático global, de ahí la previsión del Ministerio de Medio Ambiente surcoreano de que de no disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, las inundaciones aumentarán un 11,8% en promedio de aquí a 30 años.

Las autoridades vaticinan que el caudal aumentará en los principales ríos del país -excepto en el río Han-; por ejemplo, habrá un incremento de más del 50% en el Yeongsan y aproximadamente uno del 30% en el Seomjin y en el Nakdong. Asimismo, se prevé que las presas y los diques no podrán soportar la incrementada cantidad de agua, lo cual causará desbordamientos cada cuatro años.