En Corea del Sur ha inaugurado la primera estación de biocombustibles que, mediante desperdicios de alimentos o residuos orgánicos, logra producir hidrógeno que servirá para cargar automóviles con dicho gas.  

El proceso es el siguiente: los camiones encargados de retirar los residuos biológicos arrojan los desechos de comida a un basurero, donde procesan un promedio de 60 toneladas de residuos orgánicos diarios para producir biometano.

El biometano obtenido mediante este método se transporta inmediatamente a la estación de servicio de vehículos de hidrógeno más cercana.  

Según Park Seong Gyun, director del Centro de Bioenergía Alimentaria, el biogás se obtiene tras culminar el procesamiento biológico y el proceso de eliminación de impurezas, de los desperdicios de comida, y posteriormente se envía a la estación de servicio más próxima, donde se transforma en hidrógeno a partir de biometano.

El hidrógeno producido mediante este procedimiento podría considerarse como hidrógeno verde y con cero emisión de carbono. En promedio se generan unos 500 kilogramos de hidrógeno diariamente, cantidad suficiente para 100 recargas de un coche de hidrógeno.  
 
En Corea del Sur, la mayoría del hidrógeno suele transportarse desde las zonas costeras, donde se ubican las plantas petroquímicas, pero al implementar este nuevo método, que permite producir hidrógeno en el interior del país a partir de residuos de comida, la medida permitirá reducir los costes de logística y fabricación.  

Dicha ventaja se ve reflejada en el precio de cada carga, pues en dicha estación piloto el precio es de 7.700 wones por kilo, un 10 por ciento menos que en las estaciones de carga convencionales.  

La carga de automóviles de hidrógeno derivado de residuos orgánicos genera expectativas ante la proliferación de este tipo de combustible verde, que a su vez impulsará el mercado de coches de hidrógeno.