Crónicas de Corea

Open the window of AODDe la hambruna a la abundancia

De la hambruna a la abundancia

2015-12-22

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En 1953, al finalizarla guerra de Corea, la devastación era tal que la mayor preocupación de la gente, tanto en la ciudad como en el campo, era lograr qué comer. Durante los meses de carestía del invierno y la primavera, los coreanos tenían que subsistir consumiendo hierbas silvestres y a duras penas conseguían sobrevivir gracias a las ayudas alimentarias procedentes del extranjero. A fines de los años 60, Corea era un país eminentemente agricultor, pues de cada diez personas, seis se dedicaban al cultivo del campo. Sin embargo, debido a las sequías y a otros daños climáticos, así como a la falta de tecnología, equipos y fertilizantes, la producción de arroz no alcanzaba para alimentar a toda la población. Según un sondeo realizado en los años 70 por el Ministerio de Sanidad sobre la situación nutricional de la ciudadanía, el consumo calórico promedio de un adulto entonces era de 2.050 calorías al día, es decir, bastante menos de las 2.400 calorías recomendadas. En especial, el consumo de proteínas animales apenas llegaba a los 32 gr diarios, es decir, era mucho menos de la mitad de los 80 gr diarios recomendados. Debido a esas deficiencias nutritivas, el 15% de la población sufría de anemia y más del 50% tenía un peso inferior del que correspondía a su altura. Para solucionar este problema nutricional, el gobierno realizó campañas para promocionar el consumo de productos hechos con harina de trigo y otros cereales. La prioridad número uno del gobierno en los años 70 era impulsar la producción de alimentos, especialmente de arroz. Con este objetivo en mente, se desarrolló una nueva variedad de arroz más productiva llamada Tongil, que significa “Reunificación”. La variedad de arroz Tongil tiene menos altura, pero es más resistente a los insectos y a las enfermedades, y produce un 30% más de grano. En 1977 se lograron producir 6,4 millones de toneladas, consiguiendo por fin el tan ansiado autoabastecimiento en materia de arroz. Mientras el país entero luchaba contra la falta de alimentos, el 15 de septiembre de 1963 hizo su aparición el ramyeon, revolucionando la cocina y la dieta alimentaria de los coreanos. Para empezar, es un plato rico en carbohidratos y tiene bastantes grasas y proteínas, que eran elementos que faltaban en la dieta de los coreanos de aquel entonces. También es alto en calorías, así que proveía de suficiente energía para trabajar. El ramyeon era el modo más rápido y más barato de llenar los estómagos de la gente. Y no resulta exagerado decir que, desde los años 70 en adelante, se convirtió en el segundo alimento en importancia para los coreanos después del arroz. En la década de los 80 la economía coreana se desarrolló de un modo deslumbrante. A la par de la mejora en la calidad de vida, la gente comenzó a interesarse más en alimentos nutritivos a la vez que sabrosos. En otras palabras, la gente comenzó a preocuparse más por la calidad que por la cantidad. En los años 70 el consumo anual de arroz por persona era de 136,4 kg. Tras los Juegos Olímpicos de Seúl 88, la dieta alimentaria de los coreanos comenzó a mezclarse con la occidental rápidamente y la participación de las mujeres en el mercado laboral se generalizó. La gente comenzó a comer menos en casa y más afuera, lo que hizo que la dieta se hiciera más variada y disminuyera el consumo de arroz. En 1997 el consumo anual de arroz por persona descendió a 102,4 kg, mientras que el año pasado apenas llegó a 65 kg. Es decir, en comparación con la década de los 70, ahora se consume la mitad de arroz que se consumía entonces, gracias a que la dieta diaria se ha diversificado ampliamente. Además, en paralelo a la disminución del consumo de arroz, creció proporcionalmente el consumo de carne y de harina de trigo. En especial, el consumo de proteínas animales creció de forma espectacular. Según estadísticas de 2014, el consumo anual promedio de carne por persona en 2013 fue de 42,7 kg. Si consideramos que en 1980 era de sólo 11,3 kg al año, se puede decir que en 33 años se cuadruplicó el consumo de carnes. Al mismo tiempo creció de forma acelerada el consumo de leche. En 1980 el consumo anual de leche en polvo por persona fue de 13 kg, pero en 2013 aumentó a 71,6 kg por persona. Este fuerte incremento en el consumo de proteínas animales se tradujo en un cambio radical en la constitución y la altura de los jóvenes. En las estadísticas de 1980, la estatura promedio de los varones era de 169 cm y de las mujeres, 157 cm. En esta década, la estatura de los jóvenes creció espectacularmente. En 1980 la estatura promedio de un adolescente varón de 17 años era de 167 cm, pero en 2014 ascendió hasta 174,3 cm, es decir, aumentó en más de 7 cm la estatura promedio. El mismo fenómeno se comprueba en las mujeres: en 1980 la estatura promedio era de 156,8 cm, pero en 2014 era de 161 cm, creciendo en casi 4 cm. Pero este cambio en la dieta alimentaria, con una preponderancia de alimentos de alto contenido proteínico y calórico, está ocasionando serios problemas de salud a los coreanos, como obesidad, hipertensión arterial y dolencias cardiovasculares. Actualmente, a fin de alcanzar una vida más saludable, los coreanos no sólo buscan productos de mejor calidad sino también mejorar sus hábitos alimenticios. En los años 50 y 60, el mayor deseo de los coreanos era poder comer abundantemente. En la actualidad, la cantidad y variedad de alimentos disponibles es inmensa. Gracias a este logro alcanzado en solo 70 años, la constitución física de los coreanos se ha desarrollado radicalmente y en la actualidad está a la altura de la población de cualquier nación desarrollada.
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