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La línea directa de comunicación intercoreana, desconectada hace trece meses, fue normalizada el día 27 por un acuerdo establecido entre los líderes de las dos Coreas, 413 días después de que Pyongyang suspendiera esa vía de comunicación el 9 de junio de 2020, como muestra de descontento por el lanzamiento de folletos propagandísticos hacia Corea del Norte por parte de organizaciones civiles con sede en el Sur.

La noticia fue dada a conocer por el secretario presidencial de comunicación, Park Soo Hyun, quien también reveló que para restaurar la línea de comunicación el presidente surcoreano Moon Jae In y el dirigente norcoreano Kim Jong Un intercambiaron opiniones mediante cartas desde el mes de abril. Agregó que en estas consultas por escrito no solo acordaron normalizar la línea directa, sino también hacer esfuerzos por recuperar la confianza mutua para sacar las relaciones bilaterales del actual punto muerto. Y casi a una misma hora, la Agencia Central de Noticias de Corea del Norte cubrió la noticia, destacando igualmente las cartas que intercambiaron los líderes durante los últimos meses y cómo la reactivación de la línea de comunicación contribuirá a la mejora de las relaciones intercoreanas.

La línea directa de comunicación intercoreana es una línea de teléfono que sirve como canal de contacto permanente entre Seúl y Pyongyang. En realidad, son varias líneas telefónicas, pues el sistema incluye las de comunicación militar de la costa este y de la costa oeste, cuya función principal es agilizar las consultas entre las fuerzas de las dos Coreas para prevenir eventuales choques; la línea directa de la oficina de enlace intercoreana, que es un canal permanente de consultas entre autoridades; la línea entre Panmunjeom y agencias de inteligencia; y el teléfono rojo entre los líderes del Sur y del Norte. Dicho esto, la restauración de estas líneas podría percibirse como la antesala de la normalización de las relaciones intercoreanas y destaca especialmente porque deriva de los continuos esfuerzos realizados entre los líderes de las dos Coreas para continuar con el diálogo y solucionar los problemas en base a un acuerdo mutuo. Además, podría ser un paso preliminar a la reactivación de las relaciones entre Pyongyang y Washington, pues de hecho el Gobierno estadounidense dio su bienvenida a la reconexión.

En cualquier caso, es obvio que las relaciones, bien intercoreanas o entre Corea del Norte y Estados Unidos, no mejorarán inmediatamente, máxime porque sigue existiendo una gran distancia entre las posturas sobre la desnuclearización, así como sobre otros temas complicados, sobre los que se ve difícil que las partes lleguen a un consenso, como los entrenamientos militares Corea del Sur-Estados Unidos y los derechos humanos norcoreanos.

Sin embargo, y pese a todo, es innegable que la restauración de la línea directa de comunicación intercoreana marca un paso decisivo para superar los problemas pendientes.