El Ministerio de Exteriores de Corea del Sur declaró el miércoles 23 sobre la decisión de Estados Unidos de sancionar a más entidades y particulares por su conexión con Corea del Norte. Dijo que de esa manera la administración de Washington reafirmó su determinación de solucionar el problema nuclear norcoreano.
Previamente, el martes 22, el Departamento del Tesoro estadounidense anunció que añadió adicionalmente en su lista negra a diez instituciones de China, Singapur, Rusia y Namibia, así como seis particulares de China, Rusia y Corea del Norte. Entre las primeras figuran cinco empresas chinas, una rusa, dos singapurenses y dos compañías registradas en Namibia. Una de estas dos últimas se conoce como Proyectos Exteriores Mansudae de Servicios Arquitectónicos y Técnicos, que en realidad es una empresa norcoreana. Entre los particulares, entretanto, hay cuatro rusos, un chino y otro norcoreano. Sobre estas instituciones y particulares, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos aseveró que están relacionados con al menos una de las siguientes actividades objeto de sanción: ayuda a personas vinculadas con el desarrollo nuclear y balístico norcoreano, comercio de carbón y petróleo, exportación y contratación de mano de obra norcoreana y apoyo a Pyongyang para facilitarle el acceso al sistema financiero estadounidense e internacional.
La mayor desventaja para las entidades y particulares sancionados por el Departamento del Tesoro, es que de ahora en adelante quedarán imposibilitados para realizar transacciones con ciudadanos o empresas estadounidenses y los activos que poseen en el país norteamericano serán congelados.
La ampliación de la lista de sancionados por sus vínculos con Corea del Norte es el cuarto paquete de medidas restrictivas adoptado por Washington de cuenta propia. Lo más destacable es que entre los nuevos sancionados se incluyen empresas y particulares de terceras naciones. Esta acción es referida como “boicot secundario”, una estrategia que Estados Unidos usa a fin de presionar a quienes colaboran con Corea del Norte para que corten sus relaciones con este estado y así lograr detener el desarrollo nuclear y balístico del régimen de Pyongyang. Al respecto, el secretario del Tesoro estadounidense Steve Mnuchin declaró que cualquiera que se resista a acatar las sanciones contra Corea del Norte y opte por apoyar a este país, pagará las consecuencias y que las sanciones se dirigen específicamente a quienes cooperan con la mejora del programa norcoreano de desarrollo nuclear y de misiles con el objeto de aislarles del sistema financiero estadounidense y así presionar también indirectamente a Pyongyang. De esto es posible deducir que el boicot secundario se intensificará, sobre todo contra las empresas y particulares de China y Rusia, que son las naciones que secundan de manera abierta o discreta a Corea del Norte tanto económicamente, como en la esfera internacional.
No obstante y como es obvio, la objeción de China ha sido fuerte. Su Embajada en Estados Unidos exhortó enérgicamente a la administración de Washington a “corregir de inmediato su error” poco después del anuncio de la lista negra ampliada. Aún así parece que las medidas restrictivas del Gobierno estadounidense seguirán, y de paso ejercerán una dura presión sobre China.