El presidente Moon Jae In visitó Rusia entre el 6 y el 7 de septiembre. El viaje, aunque breve, presenta especial significado al realizarse inmediatamente después del sexto ensayo nuclear de Corea del Norte. De hecho, durante su estancia en Rusia, el jefe de Estado surcoreano se centró en solicitar a otros líderes allí presentes -para asistir al tercer Foro Económico Oriental- apoyar la cooperación internacional contra la crisis nuclear norcoreana.
Para empezar, el presidente Moon Jae In mantuvo una reunión cumbre con su homólogo ruso Vladímir Putin. El encuentro puso a relieve la diferencia de posturas existentes entre Seúl y Moscú, sobre todo en cuanto a las tácticas concretas a usar para inducir a Corea del Norte a la desnuclearización, si bien los dos mandatarios coincidieron en respetar los principios básicos de no tolerar la ambición nuclear de Pyongyang y de encontrar una solución pacífica a este problema. El desacuerdo, en todo caso, surgió al aludir el líder surcoreano a la prohibición de los suministros de crudo a Corea del Norte, como sanción necesaria para presionar más efectivamente a ese país. Al respecto, Putin se mostró reacio a tal medida y prácticamente rechazó suspender los envíos de petróleo, al comentar que es una cantidad mínima lo que Rusia ofrece a Corea del Norte al año, de apenas unas 40.000 toneladas.
Con el primer ministro japonés Shinzo Abe, por otro lado, las conversaciones marcharon de la mejor manera, al presentar el premier nipón y el presidente surcoreano una misma opinión: que por lo pronto es necesario aplicar estrategias de presión más que de diálogo, para frenar las provocaciones de Pyongyang.
Así, está claro que un objetivo del viaje a Rusia del presidente Moon Jae In fue reforzar la red de cooperación con otras naciones que rodean a la península coreana para contrarrestar mejor las ameneazas norcoreanas. Sin embargo, la visita tuvo también un objetivo económico, dada la oportunidad que brindó al jefe de Estado surcoreano el Foro Económico Oriental de exponer su política de cooperación con Eurasia. Al respecto, el mandatario propuso iniciar conversaciones para establecer un tratado de libre comercio entre Corea del Sur y la región eurasiática, además de presentar la llamada “Iniciativa Nueve Puentes”, que consiste en promover con especial ahínco los intercambios entre Corea del Sur y Rusia en los sectores relacionados con gas, ferrocarriles, puertos, electricidad, la Ruta Marítima del Norte, construcción naval, empleo, agricultura y pesquería.