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Al fracasar la segunda cumbre entre los líderes de Corea del Norte y Estados Unidos, se ha nublado de nuevo el panorama de la península coreana. Sobre qué provocó mayor desacuerdo, el presidente Donald Trump declaró, en la rueda de prensa posterior a la suspensión de la reunión, que el punto más polémico fueron las sanciones. El final que tuvo la cumbre impactó a todos que seguían dicho acontecimiento, máxime porque ese segundo encuentro entre los mandatarios norcoreano y estadounidense se organizó mientras crecían las expectativas por que desembocara en un pacto mucho más concreto y pormenorizado que el establecido la vez anterior.

El primer día de la cumbre, el miércoles 27, Trump y Kim Jong Un mantuvieron una primera reunión y asistieron a una cena. Posteriormente, el jueves, ambos iniciaron temprano por la mañana actividades oficiales, al salir de sus hoteles antes de las 9:00 para el encuentro. Entonces, tanto el presidente estadounidense, como el dirigente norcoreano manifestaron que confiaban en el éxito de la cumbre. Más tarde, a las 11:44 se celebró una reunión ampliada, a la que los líderes acudieron acompañados de sus respectivos asesores. En esa sesión, llamó la atención el comentario de Kim Jong Un, quien a la pregunta de los periodistas de si estaba listo para la desnuclearización, contestó que sin la voluntad para ello no hubiera venido hasta Hanói. Comentario que en seguida fue destacado por el mandatario estadounidense como “la mejor respuesta”. Así, se percibía un ambiente favorable y la expectación aumentó. Sin embargo, al extenderse la sesión ampliada más de lo debido, incluso hasta 40 minutos después de la hora prevista para la reunión de almuerzo, empezó a detectarse un clima extraño. Y el mal presentimiento se confirmó al adelantarse la rueda de prensa de Trump, al abandonar el lugar de la reunión ambos líderes y, finalmente, al anunciar la Casa Blanca que no llegaron a ningún acuerdo.

Sobre los motivos del fracaso de la cumbre, el presidente estadounidense sostuvo en la rueda de prensa que relajará las sanciones si la desnuclearización alcanza el grado que desea Washington, pero que confía en que el tiempo se encargue de resolver las diferencias. Lo que dejó entrever así es que las tareas para el desarme nuclear ejecutadas por Corea del Norte no satisficieron las expectativas de Estados Unidos y que, por ende, rechazó la petición de Kim Jong de desactivar las sanciones. También aludió a algo que descubrió y que las autoridades de Pyongyang se sorprendieron de que Washington estuviera al tanto. Relacionado con este comentario, el secretario de Estado estadounidense Mike Pompeo ofreció una aclaración, afirmando que en Corea del Norte existe una instalación nuclear mayor que el centro de Yongbyon. 

Sin embargo y pese al fracaso de la cumbre, algo que permite conservar cierta esperanza es la disposición que aún muestra Estados Unidos de proseguir con las negociaciones, proceso en el que a estas alturas el papel intermediador de Corea del Sur y del presidente Moon Jae In será crucial.