La Tercera Comisión de la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó por unanimidad y sin votación una nueva resolución sobre los derechos humanos norcoreanos, condenando las violaciones cometidas en ese país y haciendo un llamamiento a Pyongyang a reforzar las medidas de prevención contra el COVID-19. 

Así, la ONU adoptó una resolución de dicha índole por decimoséptimo año consecutivo, y esta vez Corea del Sur también la apoyó. 

El documento refleja la preocupación de la comunidad internacional sobre el empeoramiento de la situación humanitaria en Corea del Norte, tras bloquear sus autoridades las fronteras del país. De este modo, insta al régimen norcoreano a adoptar las medidas oportunas para mejorar dicha coyuntura, permitir el acceso de agentes de organismos de asistencia internacional a su territorio, dar prioridad al envío de ayuda humanitaria del exterior, y a cooperar con Covax para una ágil distribución de las vacunas. 

Además, la resolución alude a la necesidad de juzgar a los responsables de vulnerar los derechos humanos en Corea del Norte, recomendando tanto presentar el caso norcoreano ante la Corte Penal Internacional, como imponer sanciones adicionales a los implicados. 

Como era de esperar, la resolución fue refutada por Kim Song, embajador norcoreano ante la ONU, quien alegó que se trata de un complot político que nada tiene que ver con preservar o promover los derechos humanos. Sostuvo que tales violaciones no existen en Corea del Norte y que la resolución es resultado de las políticas hostiles contra su país. 

En este contexto, Estados Unidos clasificó a Corea del Norte como país bajo preocupación especial sobre libertad de religión por vigésimo primer año consecutivo. 

[Photo : YONHAP News]