31º JJOO de Río de Janeiro

Detrás de un gran hombre hay una gran mujer, y detrás de un gran deportista hay un gran entrenador. Este último caso es el de Hoang Xuan Vinh, campeón vietnamita de los 10 metros de tiro con pistola de aire comprimido en los presentes JJ.OO. de Río 2016 y su entrenador coreano Park Chung Geon. El esfuerzo conjunto y la sinergia entre ambos dio sus frutos en Río, al imponerse Hoang en la final de tiro con pistola de aire comprimido, celebrada el pasado 7 de agosto (hora de Corea). Con ello, la selección vietnamita obtuvo su primera medalla de oro en el marco de los JJ.OO; pues cabe saber que en todas sus participaciones olímpicas, desde 1952, Vietnam solo había conseguido dos preseas de plata: una en taekwondo femenino obtenida en Sidney 2000 y otra en halterofilia masculina en Beijing 2008.
Como sea, Hoang quedará en la historia de Vietnam como el primero en colgarse el oro olímpico además de haber batido un nuevo récord olímpico al disparar un total de 202,5 puntos en la fase final. Obviamente, este tirador se ha convertido en un héroe para su país y en mérito por su hazaña, el gobierno vietnamita le premiará con un monto de 100 mil dólares estadounidenses.
Pero como les decía, detrás de un gran deportista hay un gran entrenador. Este último es Park Chung Geon, maestro de tiro de Hoang desde hace más de 10 años. Park fue también un tirador profesional pero optó por la carrera de entrenador de esta disciplina a la temprana edad de 28 años. Desde 2006, en sus tiempos de entrenador de la Federación Deportiva de Gyeongsang del Norte tuvo oportunidad de visitar Vietnam en varias ocasiones, como parte de los entrenamientos en el extranjero de su equipo, y también recibir a delegaciones de tiradores vietnamitas que venían a Corea para prepararse para certámenes internacionales. Finalmente, en septiembre de 2014 recibió la propuesta oficial del gobierno vietnamita para que se hiciera cargo de su selección nacional de tiro deportivo.
Ya como entrenador, lo primero que trató de inculcar en sus discípulos fue la ambición de ganar, pues generalmente los vietnamitas tienden a ser muy magnánimos con sus rivales y no sienten la necesidad de vencerles a toda costa. Sin embargo, Park reconoce que esta vez fue gracias a esa serenidad innata que Hoang pudo ganar en la prueba final de tiro. Pues este tirador no se dejó amilanar por el ambiente hostil de los fans locales y realizó cada prueba tranquilamente, dando como resultado final una inmejorable marca olímpica.