El reino de Silla, que había estado luchando contra los reinos de Goguryeo y Baekjae para la hegemonía de la península coreana, decidió construir un pacífico "reino budista" en el año 668, tras unificar los tres reinos. La Gruta de Seokguram representa el momento en que Buda alcanza la iluminación y el templo de Bulguksa simboliza el mundo budista recreado en el mundo real. La mayoría de reliquias conservan casi a la perfección su forma original del siglo VIII, por lo que poseen un valor excepcional.
En cuanto a la construcción, Seokguram es una obra maestra que combina la arquitectura, las matemáticas, la geometría, la religión y el arte. Por su parte, el templo Bulguksa es el dogma del budismo en sí representado en un templo, con una belleza excepcional difícil de encontrar en Asia, lugar de origen de esta religión.