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Programas Especiales

1. El COVID-19 cambia la normalidad y pone a prueba la gestión sanitaria

2020-12-31



2020 estuvo bajo la sombra de una pandemia planetaria que ha cambiado totalmente la vida diaria de las personas.
En Corea del Sur, el primer caso de COVID-19 brotó el 20 de enero. Fue una mujer de nacionalidad china, procedente de Hubei, epicentro del virus que dio origen a dicha patología, el SARS-CoV-2. Sin embargo, la propagación masiva a nivel nacional comenzó partir de las transmisiones entre la comunidad creyente de la secta Shincheonji, detectadas desde el 18 de febrero. Esa fue la primera ola de contagios en Corea, cuyo máximo llegó el 29 de febrero con 909 casos diarios, para luego debilitarse paulatinamente. Entonces, la propagación del coronavirus no era de alcance mundial, y por tanto muchas naciones prohibieron el acceso de viajeros surcoreanos o procedentes de este país a su territorio.
En marzo hubo otras transmisiones locales y en pequeños colectivos, por ejemplo en call-centers o instalaciones religiosas, y las autoridades implementaron un sistema de control con pautas pormenorizadas de sanidad, para limitar la actividad tanto comercial como de los ciudadanos en general, las ya conocidas como pautas de distanciamiento social. Fue una estrategia exitosa y aplaudida a nivel internacional, en concreto después de que Corea del Sur lograra celebrar sin problemas las elecciones generales el 15 de abril.
Posteriormente, en mayo, hubo otro momento crítico al aumentar los casos vinculados a unos clubes nocturnos en el barrio seulita de Itaewon, mientras que en agosto empezó la segunda ola de contagios, por las infecciones masivas surgidas tras unas protestas multitudinarias convocadas a mitad de ese mes, y también en una iglesia en Seúl. Para frenar el virus, las autoridades activaron pautas de distancia social de Nivel 2,5, limitando el uso de restaurantes y cafeterías, al tiempo de suspender la operativa de instalaciones deportivas cerradas, como gimnasios, piscinas de interior o espacios semi-cubiertos para practicar golf.
Gracias a esas medidas, lograron frenar la segunda ola de COVID-19, pero a mediados de noviembre la situación empeoró de nuevo al surgir una tercera ola de contagios, claramente distinta de las dos anteriores, pues es difícil concretar su origen o causa específica, además de coincidir con factores estacionales como la llegada del frío, condición que favorece la supervivencia del virus. Sin embargo, pese a todo, las autoridades optaron por no elevar las pautas de distancia social a Nivel 3, considerando el grave impacto que supondría sobre la economía, medida que sustituyeron por un activo control especial durante las fiestas.

Photo : YONHAP News

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