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Al elevar la Reserva Federal el tipo de referencia 0,75 puntos por segundo mes consecutivo, en una decisión casi sin precedentes para frenar la inflación, las tasas de interés en Estados Unidos superaron las vigentes en Corea del Sur. Esta nueva condición sin duda representa un desafío para la economía nacional, en particular porque puede afectar a el sentimiento del inversionista, motivando a los extranjeros a retirar su capital del mercado financiero surcoreano en busca de un destino que les proporcione mayores ganancias. 

El nuevo aumento de la tasa base fue anunciado el día 27 por la Fed, que la subió del margen entre el 1,5% y el 1,75% a entre el 2,25% y el 2,5% anual, dando a lo que la prensa se refiere como un “paso gigante” un mes más. La última vez que en Estados Unidos el tipo de referencia fue elevado 0,75 puntos de una sola vez fue hace veintiocho años, en 1994. 

La decisión de la Reserva Federal de repetir el “paso gigante”, al que ya procedió en junio, refleja su nerviosismo ante la inflación, que registra actualmente el nivel más alto en décadas debido a una serie de factores adversos, como los atascos en la red global de suministros, la pandemia y el encarecimiento tanto de la energía como de los alimentos. Además, la Fed argumenta que su decisión toma en cuenta la estabilidad de la que goza en estos momentos el mercado laboral estadounidense y el reducido índice de desempleo, que en parte compensan el estancamiento de los indicadores de consumo y producción. 

En realidad, la subida de tipos en Estados Unidos influye en gran medida en el mercado financiero surcoreano. La percepción generalizada es que invertir en Estados Unidos es más seguro que invertir en otros países con economías relativamente más vulnerables a variables externas, como es el caso de Corea del Sur. Aunque es menos rentable, de ahí que los inversores deciden inyectar su capital, por ejemplo, en el mercado financiero surcoreano. Sin embargo, ¿qué pasa si las tasas de interés aumentan en Estados Unidos? Obviamente se produciría un traslado masivo de inversiones hacia ese mercado, que además de ser más seguro, empieza también a prometer mayores ganancias. Esto es lo que muchos temen que podría ocurrir entre Corea del Sur y Estados Unidos, ahora que los tipos son más elevados en ese país norteamericano. En cualquier caso y por lo pronto, la opinión de las autoridades de Seúl y de los analistas es que aquello no sucederá porque la reciente decisión de la Fed no se desvía de las expectativas del mercado y su impacto ha sido absorbido ya por los inversionistas.