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Las grandes compañías tecnológicas como Google, Amazon y Apple, han logrado una presencia cada vez mayor en el mercado en tiempos de coronavirus. Pero si bien hay luces, también hay sombras, pues el enorme poder amasado por estas compañías ha desembocado en situaciones de monopolio y supone una amenaza para el pequeño comercio. Las autoridades coreanas han tomado cartas en el asunto y han empezado a poner freno al poder y posición dominante de las grandes corporaciones tecnológicas. Kakao y Naver, los dos gigantes de Internet de Corea, entraron al sector financiero con Kakao Pay y Naver Financial, respectivamente. Entre los servicios que ofrecen ambas plataformas financieras hay una que compara y recomienda productos de otras entidades financieras, como de seguros y fondos de inversión. Si bien las tecnológicas coreanas alegan que son formatos publicitarios, los reguladores no lo han visto así y consideran que incumplen la ley pues no pueden actuar como intermediarios y cobrar comisiones. Por ahora han otorgado un periodo de gracia para suspender dichas actividades, mientras las acciones de Naver y Kakao reaccionaron con un fuerte descenso tras anunciar mayores restricciones al sector fintech. Los movimientos del Gobierno para controlar a las empresas tecnológicas comenzaron incluso antes, al aprobar el 31 de agosto en la Asamblea Nacional la reforma de la Ley de Telecomunicaciones. La llamada ley “anti-Google” prohíbe a las tiendas de aplicaciones como Google y Apple obligar a utilizar exclusivamente sus sistemas de pagos. Corea del Sur ha sido el primer país del mundo en intentar frenar el abuso de posición dominante de esos gigantes tecnológicos, que cobran comisiones de hasta el 30% e impiden otras opciones de pago. 

Kakao, Naver y Coupang ya fueron criticadas por prácticas abusivas y adquisiciones sin freno, por tejer “una telaraña” sobre múltiples sectores. Por ejemplo, el número de filiales de Kakao pasó de 45 en 2015 a 118 en 2021, abarcando sectores como hasta envío de flores, peluquería y conductores privados para personas que consumieron alcohol. En la otra cara de la moneda, preocupa que las regulaciones contras las tecnológicas nacionales terminen perjudicando a los consumidores, y sean reemplazadas por los gigantes de Internet de Estados Unidos. En este escenario, hace falta impulsar la innovación de manera equilibrada, sin repetir las prácticas abusivas de las grandes empresas de Internet.