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El tipo de cambio indica el precio de cotización de una moneda con respecto a otra. En Corea, una tasa más alta implica que habrá que pagar más wones para comprar un dólar, mientras que cuando baja sucede lo contrario y la divisa estadounidense “se vuelve más barata”. Cada vez que el won coreano se ha depreciado frente al billete verde hasta cotizar a 1.200 wones por dólar, fue aparejado a tiempos de crisis, como ocurrió durante la crisis financiera global, la crisis de la eurozona y la disputa comercial entre Estados Unidos y China. El tipo de cambio won-dólar subió a 1.200 wones por dólar en febrero del año pasado a raíz de la pandemia del coronavirus, manteniéndose en ese nivel hasta finales de julio del presente año. Ahora que ha vuelto a romper la barrera psicológica de los 1.200 wones, preocupa estar ante nuevos desafíos económicos. La proximidad de la retirada de estímulos monetarios (tapering) de la Reserva Federal de Estados Unidos ha fortalecido el dólar frente a otras monedas, incluido el won coreano. Los pronósticos desfavorables en torno a la economía china por los problemas de la inmobiliaria Evergrande y la crisis energética sin precedentes que atraviesa el gigante asiático, son otros factores que han influido en el tipo de cambio won-dólar. Al respecto, China es el principal destino de las exportaciones coreanas y el won coreano tiende a moverse de manera similar al yuan chino. En tanto, el encarecimiento del crudo también ha sido uno de los factores que ha propiciado la apreciación del dólar frente a la moneda coreana. La escalada de precios de gas natural, carbón y petróleo ha llevado a los inversores a buscar activos más seguros, aumentando así la demanda del dólar estadounidense y también su valor. Ante la volatilidad del tipo de cambio won-dólar, el Banco de Corea dejó entrever que podría intervenir para estabilizar el mercado cambiario. Las autoridades financieras y monetarias siguen atentamente la evolución del tipo de cambio, al ser un asunto que preocupa por estar vinculado con la inflación.

El Gobierno ha defendido hasta ahora que la economía ya está en la senda de la recuperación, gracias al buen desempeño de las exportaciones, su principal motor. De hecho, organismos internacionales como la FMI y la OCDE coincidieron con dicho pronóstico optimista y revisaron al alza sus estimaciones de crecimiento para la economía coreana en 2021. No obstante, las variantes del coronavirus y otras incertidumbres amenazan el panorama. La pandemia sigue afectando a la economía mundial y persisten los riesgos en la cadena de suministro, ensombreciendo el panorama del comercio exterior. Si bien las exportaciones coreanas alcanzaron en septiembre un volumen récord, en términos de incremento fue del 16,7% respecto al 2020, cifra inferior al 34,8% registrado en agosto. Por eso se teme que las exportaciones hayan comenzado a perder dinamismo. Por otro lado, señalan que estas preocupaciones son un tanto exageradas, pues los fundamentos de la economía coreana se han fortalecido respecto al pasado y existe un gran volumen de reserva de divisas.