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Cultura

‘La mano’, de Choi Jung Hwa

2021-04-20

ⓒ Getty Images Bank

Hace ya más de un mes que cinco chicos han elegido los alrededores de mi casa como sitio de juegos y se reúnen allí cada madrugada, antes de que despuntara el sol. Son dos chicos y tres chicas, pero no he podido verlos con mis ojos. Solo he podido deducir algunos datos de escuchar sus voces. Empezaron a jugar entre ellos no hace mucho, y un chico y una chica compiten todo el tiempo por liderar el grupo.

Como escucho el barullo que arman cada madrugada entre el estupor del sueño, he llegado a creer que son reales, pese a que no les he visto nunca.


동트기 전 어두운 새벽이면

조무래기들 다섯이 몰려와

내 집 근처를 아지트 삼은 지 벌써 한 달이 훨씬 더 지났다.


아이들은 남자가 둘, 여자아이가 셋이다.

하지만 한 번도 그애들을 직접 본 일은 없다.

잠들지도 깨지도 못하는 반수면 상태에서

아이들이 떠드는 소리에 귀를 기울이는 시간이 계속되다보니

눈으로는 한 번도 확인하지 못한 것들을 거의 기정사실로 여기게 되었다.



El relato “La mano” de la escritora Choi Jung Hwa fue publicado en 2018 y comienza explicando la razón por la que se despierta cada madrugada.



Como reemplazaba en el puesto a Park, su escritorio estaba junto al mío. Aunque me senté de lado para no mirarlo, no podía despegar los ojos de sus manos. Parecían estar desprovistos de músculos y se había cortado las uñas tan al ras, que tenía las puntas de los dedos enrojecidas.

Yo dibujaba un esquema de ubicación para un acto al aire libre programado para la semana siguiente, pero mi mente no podía apartarse del movimiento de sus manos. Tenía un tubo de crema de manos de 33 centímetros de alto sobre el escritorio y se lo aplicaba exactamente cada quince minutos. Cuando por fin lograba concentrarme en el trabajo, se ponía la crema como si estuviera mirando la hora todo el tiempo. Todo el día sentí como si fuera objeto de una extraña tortura.


그는 박의 후임이었으므로 내 옆자리에 앉았는데

보지 않으려고 방향을 바꾸어 앉아도

자꾸만 그의 손이 시야 안에 들어왔다.

하의 손은 근육이 거의 없는 것처럼 보였고

손톱을 어찌나 바싹 깍았는지 손톱의 끄트머리에 불은 살에 벌겋게 성이 나 있었다.


나는 다음 주에 진행할 외부 행사의 배치도를 작성하고 있었지만

신경은 온통 하의 손이 움직이는 경로에 붙들려 있었다.

그는 색상위에 330밀리미터짜리 핸드크림을 세워놓고

십오 분에 한 번씩 손등에 발랐다.


겨우 집중을 해서 일을 시작하려 치면

그는 타이밍을 정확히 알아챘다는 듯 핸드크림을 집어들었다.

나는 이상한 종류의 고문을 받고 있다고 느꼈다.



Entrevista al profesor de literatura coreana Bang Minho de la Universidad Nacional de Seúl:

La protagonista no puede despegar los ojos de las manos suaves y pulcras de su compañero de trabajo, que parece tener obsesión con hidratarlas cada quince minutos. Pero esa compulsión no parece solo una cuestión de higiene personal, pues comienza a ventilar la corrupción de su predecesor en el puesto, aunque nadie se lo haya pedido. Es parecido al hombre del sexto piso, que se erige en vigilante del edificio y se mete en la vida de los vecinos. A la protagonista le disgustan esas manos porque son las de alguien que se cree muy limpio, con derecho a meterse en la vida privada de los demás y a condenarlos




Autora:

Choi Jung Hwa nació en 1979 en Incheon. Debutó como escritora en 2012 con el cuento “Palm Beach”. En 2016 recibió la séptima edición del premio al escritor novel.

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