TWICE regresa con su 13º mini álbum
2024-02-23
Hace mucho pero muchos años, había una pequeña pero bonita aldea en donde vivía una familia que era la envidia de todo el pueblo porque tenían tres hijos buenos y trabajadores.
Sin embargo, los padres ansiaban tener una hija y rezaron fervorosamente durante cien días en un templo. Un año después nació una niña preciosa.
Pasó el tiempo y la pequeña cumplió siete años.
Uno de los hijos fue al establo a darle el pienso a las vacas y se encontró con que una de ellos estaba muerta sin razón alguna. Lo mismo volvió a pasar al día siguiente y al otro y al otro.
El padre llamó a su hijo mayor y le dijo:
-Esta noche quédate vigilando en el establo.
El mayor se sentó a vigilar en un rincón y vio entrar a su hermanita pequeña. Con espanto, vio que la niña le arrancaba el hígado a una de las vacas y se la comía con fruición.
El mayor no se animó a decirle lo que había visto a su padre. El segundo hijo vio lo mismo, pero tampoco se atrevió. El tercero, después de pensárselo mucho, le describió a su padre en detalle lo que había visto.
-¿Dices que tu hermanita le arrancó el hígado a una vaca y se lo comió? ¿Cómo puedes inventar algo tan espantoso de tu propia hermana? ¡No quiero ni verte! ¡Vete de esta casa!
El menor de los hermanos tuvo que marcharse lejos.
El menor caminó durante días y días hasta llegar a un pueblo desconocido. Allí encontró hospitalidad en una casa de las afueras, donde vivía sola una muchacha, con la que acabó casándose.
Sin embargo, cada tanto él suspiraba y se quedaba mirando lejos con los ojos tristes. Ella insistió tanto por saber lo que le pasaba que él le contó por qué su padre lo había echado.
-Querido, me parece que debes ir a tu casa. Tal vez tu familia te necesite –dijo ella y trajo tres botellitas de vidrio de un armario-. Toma, esposo mío. Si llegas a encontrarte en una situación de peligro, lánzalas al aire.
Al acercarse al pueblo donde había vivido, el menor descubrió que estaba todo desierto y en ruinas. Su casa también se veía lúgubre y vacía.
Allí estaba solamente su hermana. El menor tuvo miedo y quiso escaparse, pero ella comenzó a perseguirlo. Él se dio la vuelta y vio con horror que su hermanita se convertía en una zorra para convertirse de nuevo en ser humano.
Entonces sacó las botellitas que le había dado su esposa y se las lanzó.
La primera de las botellitas de color blanco hizo brotar matorrales espinosos.
La segunda de color azul hizo aparecer un río ancho y caudaloso.
La tercera de color roja hizo surgir una gigantesca cortina de fuego.
--¡Ay, qué mala suerte! ¡Tu hígado iba a ser el número cien que me convirtiría definitivamente en ser humano! –exclamó la zorra, mientras las llamas la devoraban.
2024-02-23
2024-02-21
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