Hacia el año 700, poco después de que Silla unificara los tres reinos de la península coreana, el rey Sinmun construyó un templo budista llamado Gameunsa en la Costa Este para honrar a su padre, el rey Munmu, quien fue el que lideró la guerra que puso a los otros reinos bajo el dominio de Silla. Un día ocurrió algo maravilloso en la costa frente a ese templo. Apareció una isla flotando de la nada. En su parte más alta, había una caña de bambú que se dividía longitudinalmente en dos durante el día y volvía a unirse durante la noche. Al enterarse de esta maravilla, el rey Sinmun fue a la costa a cerciorarse. Fue entonces cuando se le apareció un dragón y le explicó que la caña de bambú era un regalo de su padre el rey Munmu. También le dio instrucciones de que fabricara con ella una flauta, pues el instrumento protegería al reino de cualquier infortunio y traería paz y prosperidad a los habitantes. La flauta recibió el nombre de “Manpasikjeok”, que significa “flauta que amansa todas las olas”, pues tenía el poder de repeler el ataque de los enemigos, hacer llover en los tiempos de sequía y detener las lluvias durante las inundaciones. No se sabe cómo era exactamente esa flauta mágica, pero se supone que se parecía a la flauta de bambú daegeum, que se toca de manera traversa. El primer tema es una pieza instrumental interpretada con esta flauta daegeum:

“Sangnyeongsan al estilo libre” – Kim Jeong Seung en el daegeum

“Sangnyeongsan” es el primer movimiento de un tema musical conformado por nueve piezas menores que se llama “Yeongsanhoisang”. Acabamos de escuchar ese primer movimiento “Sangnyeongsan” interpretado al estilo libre, es decir, con arreglos y variaciones personales. Es muy frecuente que se use o bien el daegeum como en este caso o bien el piri para interpretar esta pieza de manera libre, pues le proporciona al ejecutante la oportunidad de mostrar sus habilidades con la flauta. Casi todos los instrumentos de viento tradicionales, como el piri, el sogeum, el danso o el tungso, se hacen con caña de bambú. Sin embargo, suenan de manera diferente según el grosor de la caña o la técnica del ejecutante. El bambú es un material ideal para fabricar instrumentos de viento porque, siendo liviano y hueco por dentro, es duro y no pierde su forma. El sonido del viento entre las cañas de bambú es sumamente fresco e inspirador en el verano. Imaginen ese sonido escuchando esta canción:

“Bosque de bambú” – Voz de Jang Myeong Seo

Los nobles de antaño llamaban al bambú, al pino y a las flores del ciruelo como “los tres amigos del frío invierno”, puesto que el pino y el bambú son los únicos árboles que permanecen verdes en los meses fríos y el ciruelo florece incluso en la nieve. Los estudiosos confucionistas amaban estas plantas y las consideraban nobles. Deseaban parecerse a ellas y ser capaces de defender su honor en las circunstancias más difíciles, del mismo modo que el bambú, el pino y el cerezo resisten al frío invierno. A continuación escucharemos un tema que se llama “Jukjisa”, que significa “Las ramas del bambú”. Se trata de un “gasa”, que es un género lírico con el que disfrutaba la clase noble, y consiste en un largo poema cantado con el acompañamiento de las flautas piri o daegeum o el violín haegeum. Se inspira en una antigua canción china que habla de dos reinas que lloran la muerte del rey sobre unos bambúes antes de morir tirándose al río. Sin embargo, a pesar de tener el mismo nombre, este gasa coreano no tiene nada que ver con esa historia china, puesto que trata de los paisajes y las costumbres más interesantes de la península. 

“Jujiksa” – Voz de Lee Dong Kyu