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Historia

Yi Seung Hun, el primer coreano bautizado por la Iglesia Católica

2015-10-12

Yi Seung Hun, el primer coreano bautizado por la Iglesia Católica
¿Saben cuál es la religión principal en Corea? Aunque algunos podrían aludir al budismo, muy seguido en varios países asiáticos, en Corea del Sur hay tantos fieles budistas como cristianos y católicos. Y hoy vamos a centrarnos en conocer cómo y desde cuándo el catolicismo se difundió en Corea. Y para ello hay un nombre que no podemos dejar de mencionar que es Yi Seung Hun. ¿Quién es él? ¿Qué hizo? Bueno, eso vamos a conocer desde ahora.

En 1783, cuando Yi Seung Hun tenía 28 años, tuvo la oportunidad de viajar a Beijing, la capital de la dinastía Qing de China, junto a su padre, quien era diplomático. En ese entonces, Yi Seung Hun tenía una misión muy importante que cumplir, que era reunirse con los monjes de una catedral en Beijing, que viajaron desde occidente hasta Asia para propagar la religión católica. Apenas llegado al imperio Qing, se dirigió inmediatamente a la catedral en cuestión y se reunió con esos padres. Éstos se asombraron mucho al ver a este joven que venía de Joseon, un país aún desconocido para ellos, y que expresaba su deseo de convertirse en católico. ¿Por qué querría ser un fiel católico? ¿Cómo habría conocido esta religión viviendo en un país confucianista?

Las personas de Joseon tuvieron acceso a los libros y a la cultura occidental por primera vez en el siglo XVII, cuando el príncipe heredero Sohyeon quien vivió en la dinastía Qing, trajo consigo muchos materiales relacionados, y posteriormente, a través de diplomáticos que viajaron a China. Hasta darse a conocer la existencia de occidente, los habitantes de Corea pensaban que China era el centro del mundo. Pero se dieron cuenta de que había otro continente muy grande con ciencias y tecnologías desarrolladas. Naturalmente, este interés derivó en curiosidad por la religión que practicaban los extranjeros del otro lado del planeta, y el pionero en expresar dicha inclinación fue Yi Byuk. Casualmente, gracias a unos libros que su bisabuelo trajo de China décadas atrás, tuvo la oportunidad de acercarse al catolicismo. Y una vez convertido en fiel creyente, empezó a difundirlo entre las personas de su entorno, entre ellos Yi Seung Hun.

Durante los 40 días que Yi Seung Hun permaneció en Beijing, aprendió mucho sobre esta religión a través de esos sacerdotes extranjeros y finalmente, en febrero de 1784, fue bautizado con una ceremonia para convertirse oficialmente en católico. Así, es hoy reconocido como el primer coreano en recibir el bautismo, siendo ésta también la primera vez para la Iglesia Católica que bautizaba a un creyente sin haber enviado ningún misionero a ese país y sin quiera haberse establecido en él oficialmente. De regreso a Joseon, Yi Seung Hun trajo consigo libros de religión, la cruz y otros objetos relacionados, y luego, también bautizó a Yi Byuk y otros fieles católicos. Desde entonces, el número de creyentes de esta religión fue creciendo a gran velocidad, principalmente porque a diferencia de la cultura tradicional y del confucianismo, el catolicismo no dividía a las personas según sus riquezas, su clase social u otras cualidades, sino que trataba a todas las personas por igual. Una vez a la semana, los fieles se reunían en la casa de uno de su agrupación, Kim Bum Woo, para estudiar la Biblia, en algo que vendría a ser como una misa actual. Posteriormente, donde estaba esa casa se estableció la Catedral de Myungdong, que se conserva hasta el día de hoy y es la sede principal del catolicismo en Corea.

Pero un día, alguien les denunció a las autoridades, pensando que se reunían por algún juego de apuestas, pero descubrieron que estaban celebrando una ceremonia religiosa. Kim Bum Woo, que ofrecía su casa para las misas, fue asesinado en el mismo lugar, convirtiéndose en el primer mártir de Corea. El resto fue llevado a prisión. El entonces rey Jongjo quiso proteger a este grupo de creyentes, pero no pudo hacerlo porque la religión no permitía rendir homenajes o celebrar rituales a los antepasados y según la tradición de Joseon, esta muestra de respeto hacia los padres y los abuelos era fundamental. Ante la fuerte oposición dentro de la corte real y de la sociedad, no había nada que el rey pudiera hacer, y muchos católicos fueron condenados a muerte o encarcelados, entre ellos Yi Seung Hun, quien perdió la vida en 1801. Pese a este masacre, tras el incidente el catolicismo se difundió por todo Joseon; y finalmente en 1886, con la firma del tratado comercial con Francia, Joseon reconoció la libre práctica de la religión, 102 años después del primer bautismo de un coreano.

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