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El presidente estadounidense Joe Biden anunció la orientación de su política sobre Corea del Norte, que Pyongyang rechazó fuertemente, además de criticar a Seúl por sumarse a ella. Así, desde ya se vaticina un camino rocoso para las relaciones intercoreanas y entre Corea del Norte y Estados Unidos.

La estrategia de Biden para Corea del Norte puede resumirse como una aproximación gradual y pragmática. Refleja una postura neutra e implica un proceso por fases, difiriendo tanto de la “paciencia estratégica” de Barack Obama, que se centró en aplicar tácticas de presión relegando a un segundo plano la intervención diplomática, como del “gran trato” ansiado por Donald Trump, basado en la diplomacia de cumbres para lograr una solución global e integral.

Corea del Norte reaccionó con hostilidad ante una política de Washington al considerar que no propone nada nuevo, máxime tras enfatizar Biden el uso simultáneo tanto de métodos diplomáticos como de fuertes medidas de disuasión, y aludió el Departamento de Estado estadounidense al problema de los derechos humanos. En este contexto, el comentario del portavoz de dicha cartera de Washington, Ned Price, echó más leña al fuego al referirse a Pyongyang como uno de los regímenes más opresivos y totalitarios del mundo, además de censurar a las autoridades norcoreanas por imponer controles más crueles poniendo como pretexto la lucha contra el COVID-19, como por ejemplo al ordenar matar a cualquiera que cruce la frontera. El portavoz del Ministerio de Exteriores norcoreano expresó al respecto que la declaración de Price que acusa a Pyongyang de vulnerar los derechos humanos con sus medidas para atajar la pandemia es una seria provocación política y un insulto al líder supremo.

En tanto, hacia Corea del Sur el régimen norcoreano vertió críticas aún más feroces a través de Kim Yo Jong, hermana de Kim Jong Un, quien recriminó al Gobierno surcoreano de seguir manteniendo una actitud negligente respecto al envío de folletos anti Pyongyang y amenazó con tomar represalias.

Así las cosas, se estima que por ahora el panorama de la península coreana no mejorará, y aunque quizá Corea del Norte no recurra a provocaciones a gran escala, continuará tensando la situación y probablemente usará las relaciones intercoreanas como palanca.