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Apenas a cinco horas para el comienzo de la huelga general anticipada por el sindicato nacional de trabajadores médico-sanitarios, esta unión gremial y el Gobierno llegaron a un acuerdo de último minuto, impidiendo que la atención a los pacientes se suspenda, algo que en el actual contexto de una pandemia hubiera sido fatal.

Las negociaciones se cerraron satisfactoriamente en la madrugada del día 2, tras trece rondas que venían desde mayo y gracias a la postura compartida por las partes interesadas sobre la necesidad de evitar una huelga, cuando el COVID-19 persiste y  por ende hay una alta demanda de servicios sanitarios.

Las exigencias del sindicato al prever una huelga general fueron cinco: establecer criterios más claros sobre el personal de hospitales especializados en enfermedades infectocontagiosas e institucionalizar las prestaciones por atención a COVID-19, ampliar la infraestructura regional de salud pública, definir por ley el número de pacientes a cargo por cada enfermero o enfermera, aumentar los agentes sanitarios responsables de formar al personal de enfermería, y finalmente elevar la paga nocturna.

Al respecto, las autoridades gubernamentales se comprometieron a trazar los criterios de distribución del personal de enfermería hasta septiembre y preparar un plan de ejecución hasta octubre, y también a implementar prestaciones para sanitarios encargados de atender y tratar a pacientes de COVID-19 y otras enfermedades infectocontagiosas. Además, adelantaron que reducirán en lo posible y fijarán por ley el número de pacientes por cada enfermero o enfermera. El Ministerio de Salud y Bienestar, por su parte, expresó que acogerá activamente las opiniones de los sanitarios y reflejará dentro de lo posible sus exigencias en las medidas a tomar a futuro.

Así, evitaron lo peor, pues la huelga general de sanitarios se canceló, sin embargo las negociaciones entre el Gobierno y el sindicato dejaron tareas importantes para optimizar el sistema de salud pública, actualmente en estado de cuasi saturación, y mejorar las condiciones laborales de los sanitarios, sometidos a un grave exceso de trabajo por la pandemia.